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Tomar una decisión puede ser un desafío. A menudo tenemos tantas opciones, y es difícil elegir una. Existe la sensación de que perderemos algo cuando escojamos otra opción. Es verdad. Tomar decisiones implica renunciar a otras cosas.
Dados los eventos diarios relacionados con Covid-19, hace un par de semanas estábamos apoyando a nuestros estudiantes a decidir si les gustaría quedarse en Brasil o regresar a su país de origen.
Solo trabajamos con más de 18 estudiantes y, aunque podemos brindarles orientación y compartir información, depende de ellos tomar una decisión, a menos que un programa se cancele o se cancele por alguna razón.
Decidir un destino o programa para estudiar en el extranjero también puede ser un desafío. ¡Hay tantas opciones en todo el mundo y dentro de su propio país!
Hoy quiero hablar sobre tres tipos de decisiones:
- Decisiones racionales: hay opciones que implican percepciones, conceptos, argumentos e ideas. Se basa en el contenido en sí. Por ejemplo, elegir comprar un boleto de avión en función de su costo
- Decisiones del corazón: existen alternativas que analizamos desde el corazón. Tiene que ver con nuestras emociones, experiencias, humor, humor y valores. Estos están influenciados por las interacciones. Por ejemplo, podríamos elegir un destino porque nos encantaría estar allí, por la impresión que tenemos de la gente, o tal vez por los que queremos conocer.
- Decisiones basadas en la acción: estas son las posibilidades que evaluamos en función de nuestra voluntad, nuestras intenciones, motivaciones, energía y acciones. Deberíamos considerar formatos y procedimientos. Por ejemplo, en función de las experiencias que queremos tener, como optar por hacer una pasantía en el extranjero porque desea obtener más información sobre un tema.
Hace años aprendí una estrategia. Es más fácil tomar decisiones cuando nos tomamos el tiempo para reflexionar y considerar estas tres dimensiones, conectando nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad.
Enumerar los pros y los contras es una herramienta común, pero esta es mi sugerencia: la próxima vez que necesite tomar una decisión, dividila en tres niveles. Esta reflexión te ayudará a aprender más sobre ti, tus pensamientos, sentimientos y motivaciones. Al dar un paso atrás y tomarse el tiempo para reflexionar, podrá tomar una decisión con más autonomía.