Nuestros estudiantes finlandeses fueron invitados recientemente a visitar escuelas brasileñas a través de nuestra cooperación con Muuvit, un programa educativo originado en Finalndia, que promueve el movimiento. Muuvit anima a los niños a ser más activos y a prácticar hábitos saludables. Los alumnos trabajan juntos para ganar puntos que les permiten viajar virtualmente a otras ciudades y conocer otros países. El programa parece funcionar en las escuelas brasileñas, ya que los niños parecen activos, se lo pasan bien, se mueven y tienen muchas ganas de descubrir el mundo. Henriikka comparte con nosotros sus opiniones sobre la visita:

“La semana pasada tuve la suerte de poder visitar cuatro escuelsa locales en el Bairro Novo, uno de los distritos de Curitiba. Vistos desde fuera ya se puede adivinar que los edificios son escuelas por que siempre están cubiertos de graffitis o dibujos muy coloridos. Comparadas con las escuelas finlandesas, algunas eran muy pequeñas, no mucho más grandes que una casa, y las salas de clase son pequeñas y no tienen más de 15 alumnos. Los colegios son lugares abiertos, conectados con el espacio exterior y algunos tienen grandes patios y jardines para jugar. La atmósfera de todas las escuelas es muy positiva, durante el recreo todo el mundo habla a la vez y hay mucho ruido. Todos los niños llevan las mismas camisetas y parecen felices de estar en la escuela.

Lo primero que me llamó la atención es que los niños brasileños no son nada tímidos y estaban muy animados por conocer a gente de otro país. De hecho, estaban tan excitados por la noticia, que se nos quedaban mirando con la boca abierta y los ojos muy abiertos cuando entrábamos a sus clases. Les enseñamos algunas palabras en finlandés y los niños, que ya saben algo de inglés. quisieron pra
cticar con nosotros lo que han aprendido hasta ahora. Seguramente en una escuela de Finlandia los niños se dudarían más a la hora de acercarse a unos extraños, pero en Brasil se acercan rápidamente a conocerte y a preguntarte si vas a ser su nueva profesora y cómo se siente la nieve.

La mayor diferencia entre los niños finlandeses y los brasileños es cuando les preguntas “quién quiere venir delante de la clase a practicar un nuevo idioma” y más de la mitad levantan la mano, algunos incluso se levantan directamente y empiezan a caminar hacia el frente; mientras que en Finlandia normalmente nadie quiere levantar la mano delante de toda la clase. Los alumnos que conocí durante las visitas fueron muy receptivos y hicieron muchísimas preguntas. Todo el mundo quería tener la oportunidad de conocer a los nuevos visitantes. La mejor parte de toda la experiencia es que en Brasil los niños te abrazan cuando te vas. ¡Es una costumbre que hace que tengas ganas de volver!”