Venir a Brasil es algo que nunca imaginé, y cuando quise darme cuenta ¡ya estaba aquí! A pesar de la barrera idiomática -mi familia no hablaba inglés y yo no hablo portugués- la relación entre nosotros se fue construyendo poco a poco cada día. De una u otra forma fuimos capaces de entendernos. El periodo de las clases fue maravilloso. Sarah, nuestra profesora, nos dio una base excelente para entender y aprender el idioma. Nuestras clases no sólo tuvieron lugar en las aulas… Tuvimos clase en supermercados, ferias, restaurantes y algunos otros tours que hicimos. Vivimos el lenguaje aplicándolo al día a día. Ahora tengo muchas ganas de empezar el voluntariado. Me encanta estar rodeada de niños y hoy, cuando cantaron para nosotros, me sentí muy emocionada. Realmente quiero saber más sobre las vidas de esos niños y ayudarles con lo que pueda y sea necesario.
Cuando planeé mi viaje a Brasil, debo confesar que no albergaba demasiadas expectativas sobre nada. Hoy, después de un mes viviendo en la “ciudad maravillosa” (Río de Janeiro) ¡puedo decir que el lugar es perfecto! La relación con mi familia es genial. Dani es como una hermana para mí, y Tai, que sólo es algo mayor que yo, como una madre. Las cuatro semanas de clases han sido excelentes, la escuela y la profesora eran geniales y tengo una idea general buena y completa del lenguaje a pesar del corto tiempo. Esta semana empezaré el voluntariado en mi proyecto. Estoy segura de que será una gran oportnidad, no sólo de seguir aprendiendo portugés, sino también de desarrollar mis conocimientos y habilidades personales.
“…Nunca había viajado fuera de Irlanda por mi cuenta antes de haberme ido a Brasil, al otro lado del mundo, durante dos meses, pero Brazilian Experience me hizo sentir a salvo e hizo que todo fuera muy cómodo. Arreglaron el alojamiento, el traslado desde el aeropuerto y mis clases de portugués. Sentí nervios al principio por conocer a mi familia de acogida, con quienes acabé sientiendome como en casa. El mes que pasé aprendiendo portugués en Río, explorando la ciudad maravillosa y sus alrededores, saliendo y conociendo a los locales fue genial. Lo mejor de vivir en casa de una familia es que te pueden aconsejar sobre los lugares que visitar, los lugares donde es mejor no ir, te llevarán a sus eventos sociales, a bares con sus amigos y podrás hablar con muchos locales, algo que no sería posible si se viaja como turista. Después del primer mes en Río, viajé en bus a Belo Horizonte. Lo primero que me llamó la atención es lo acogedora y amigable que es la gente. Todos querían conocerme y saludarme, y aunque yo sólo hablaba un poco de portugués todos se esforzaron por hablar inglés conmigo y me hicieron sentir como parte de la familia desde el principio. Una semana después de llegar a Belo Horizonte empecé un voluntariado en el club de tennis local, ayundando a jugadores en silla de ruedas. Estos jugadores vienen de áreas locales poco priviliegiadas y participaban tres veces por semana para que los voluntarios les ayudaran a mejorar su técnica de tennis. Fue tan enriquecedor ver como los jugadores progresaban en cuestión de semanas mientras yo estaba allí. Aunque Belo Horizonte no recibe a tantos turistas como Río, allí frecuenté a las personas más amigables, acogedoras y amables que he conocido. Mi familia me hizo sentir parte integrante, celebrando una fiesta sorpresa de cumpleaños para mí, invitándome a cenas en casa de sus amigos, llevandome a clubes deportivos para hacer amigos y jugar al tennis, y saliendo conmigo a comer y beber con la familia y los amigos. Realmente debo agradecer a las personas de Belo Horizonte y Río de Janeiro por hacer que mi estancia en Brasil haya sido una experiencia tan marcante, de la que nunca me arrepentiré, que nunca cambiaría y que nunca olvidaré.”
Oi gente! Mi nombre es Zachary Hamlin y durante mi estancia en Brasil trabajé en una pousada. Mis prácticas tuvieron lugar en Florianópolis, en Praia Campeche. He pasado un momento increíble, y hoy es de hecho mi último día de trabajo. He experimentado tantas cosas buenas, desde visitar el Cristo Redentor en el Corcovado, hasta un simple churrasco en Curitiba. En mi última semana aquí he decidido que DEBO volver y aprender a hablar portugués fluído. Esta Brazilian Experience es algo que nunca olvidaré. Usaré las herramientas y habilidades que he adquirido aquí al volver a casa, para terminar mi último año de universidad. ¡No puedo esperar a estar de vuelta aquí! Mi consejo para cualquier persona que esté pensando en Brasil como un destino futuro, es que debe preparase para una cultura muy original donde la mejor forma de experimentar es zambullendose en ella. Gracias Brazilian Experience por aportarme tantas lecciones que siempre perdurarán 🙂
Oi sangue bom! Mi nombre es Elvis Diaz, tengo 21 años, soy de Long Beach, California. Fui a Brasil cuando tenía 19 años para obtener algo de experiencia en el mundo real, trabajando en unas prácticas en World Study, Curitiba. Me encantó la compañía en la que trabajé y toda la ayuda de B.E. Estuvieron fenomenales. Rafaela y Joao realmente se aseguran de encontrar la familia de acogida y el cargo apropiados para ti. Viví con dos hermanos de 19 y 25 años, los mejores. Todavía sigo hablando con ellos todo el tiempo, y con mis amigos del trabajo. Aconsejo a futuros solicitantes que recuerden decir la verdad cuando soliciten alojamiento en una familia ;-). Mis experiencias, bueno, digamos que fue una montaña rusa de emociones. Todo en positivo, con algunos momentos mejores y peores, como cualquier experiencia en el extranjero. No hay nada que alguien pueda decir o escribir que pueda dar realmente una idea de lo que es Brasil, sin embargo, citando al Marqués de Pombal “Tengan cuidado en Brasil, porque en ese país aumenta en cada uno un espíritu ambicioso y también la relajación de las virtudes“. Desde mi punto de vista, Brazilian Experience fue una gran experiencia. Rafaela y Joao son geniales. Envíenme un mail si tienen cualquier duda sobre Curitiba, Brasil, o si quieren hablar con alguien que viajó a Brasil con Brazilian Experience (aztecking562@hotmail.com).