¿Ya has oído hablar de nuestro artista barroco más importante? Hoy vamos a hablar de Aleijadinho, una leyenda brasileña. Échale una ojeada:
Aleijadinho significa literalmente “pequeño lisiado” y en nuestro país, el “pequeño lisiado fue un fantástico arquitecto, pintor y escultor que es conocido como el artista brasileño barroco más importante. Aleijadinho (1738 – 1814), nacido Antônio Francisco Lisboa, nació y fue criado en Minas Gerais, en el Suroeste de Brasil. Sus padres eran un carpintero portugués y una esclava africana que emigraron a Brasil donde las habilidades del padre eran requeridas.
El artista se ganó ese apodo por que nació con una enfermedad degenerativa que le provocó una deformación en sus extremidades. Empezó a dar muestras de esta dolencia alrededor del año 1790, sin embargo, a pesar de perder funcionalidad en sus miembros siguió esculpiendo con un cincel y un martillo atados a sus manos ya sin dedos.
Aleijadinho aprendió los fundamentos de la arquitectura y la escultura con su padre y después empezó a trabajar como obrero en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmel, en la ciudad de Ouro Preto, una iglesia diseñada precisamente por su progenitror. Su obra más conocida es “Los Doce Profetas”, una serie de esculturas en esteaita que representan una parte de lo contenido en el Deuterocanon del Antiguo Testamento, a pesar de que mucha gente crea que se trata de una representación de los Doce Profetas Menores. Bajo las esculturas talladas en piedra se puede de hecho leer parte del texto en latín. Entre las esculturas de Aleijadinho, podemos encontrar púlpitos, portales, balcones, altares, estatuas, figuras procesionales eincluso cariátides. Sus obras siempre mejoraron y harmonizaron la arquitectura barroca y rococó de la época.
A medida que pasaba el tiempo, el artista se fue recluyendo más y más en si mismo. Prefería trabajar durante la noche y necesitaba ser trasladado de un lado a otro por las calles al haber perdido los dedos. Acabó muriendo sólo, enfermo y pobre en la ciudad de Ouro Preto.